Al pasar por un periodo difícil, recuerda: aunque hayas perdido grandes batallas, has sobrevivido y estas aquí. Eso es una victoria. Demuestra tu alegría y celebra tu capacidad para seguir adelante...
Vivimos una vida de constantes batallas, algunas las vencemos, otras no, con todo aquello que se cruza en nuestro camino, cogiendo aliento y sin decaer, siempre vendrán momentos mejores, mientras tanto, habrá que seguir luchando.
Aunque ya había terminado una de mis batallas, quizás la más dura, aún me quedaban algunas más, había sobrevivido a una intervención , las sesiones de quimioterapia , mis cambios físicos y todo lo conlleva una enfermedad así, era consciente que quedaba todavía un camino, ¿largo?, pues si, pero como todo en esta vida depende como lo quieras, o puedas llevar.
El siguiente pasito era la radioterapia, este tratamiento no era tan temido como el anterior, más que nada porque no se detectan cambios físicos, y en realidad es lo que se valora más, eso si, hay que ser consciente, que es un tratamiento duro interiormente, yo no fui consciente hasta que lo viví.
De nuevo a empezar, aunque ya había cogido fuerzas después de la quimioterapia y estuve unos días descansando de hospital y médicos, vuelta a la batalla. Médico nuevo, tratamiento y otra vez a revivir toda la historia. Me hicieron las pruebas pertinentes, y cuando todo estuvo listo, a empezar mis sesiones, un total de 25.
El primer día me citaron a las once de la mañana, que buena hora, pensé, pues normalmente siempre es a la misma hora, pasé a una consulta de enfermería y me explicaron más o menos como se desarrollaba todo, otra vez de novata sin saber como sería esa sala por dentro, ni lo que tenía que hacer, ni que decir, ni siquiera donde ponerme mientras esperaba, pero como siempre durante todo mi proceso, he encontrado personas formidables, que parecen que están tocadas por la mano de Dios, hacen que te sientas muy cómoda y como en casa.
Me entregaron una bata, la cual tenía que conservar durante todo el tratamiento y una tarjeta con las sesiones, el tipo de enfermedad a tratar y con mi foto, como una tarjeta de crédito, pero sin dinero, jajaja, todo muy controlado para que en ningún momento pudiera haber error alguno. La radioterapia hoy en día, como todo, afortunadamente está muy avanzada y los tratamientos están muy personalizados.
Pasé a una pequeña habitación, como el probador de una tienda, con su espejo y todo, allí me desnudaba de cintura para arriba, me colocaba la bata y salía a otra sala a esperar mi turno. El primer día al ser todo nuevo estuve un poco tensa, pero os puedo decir que si no fuera por el frío tan grande que hacía allí, me hubiera echado una siestecita, porque la hora lo requería, a las cuatro de la tarde, todos los días tenía que estar allí , que hora más mala, los 25 días se me hicieron interminables, teniendo en cuenta que cuadró en plena navidad, y los días de fiesta no había, me encajé en Enero.
Decidí que iría en autobús, por la sencilla razón de que es más rápido, y en realidad allí dentro solo estaba diez o quince minutos, era más el tiempo de llegar, desnudarme y vestirme que el tratamiento en si.Hubiera tardado más en coche. Aún recuerdo el trabajo que me costaba a las tres de la tarde salir para allá, uff... como una niña pequeña cuando no quiere ir al colegio, más que nada por la hora, interminable....
En el tiempo que duró la radioterapia, como es normal conocí algunas personas, puesto que siempre eramos los mismos, personas que venían de pueblos, como Benalup, El Bosque.... y yo quejándome porque salía a las tres de mi casa, cuando había personas mayores que venían en ambulancia y tenían que salir a las doce de la mañana de sus casas y no regresaban hasta las tantas...pero como siempre os digo, esto no se elige, toca y toca.
El temor más grande a la radioterapia, es quemarte, yo en un principio iba muy bien, incluso me llegaron a decir que con el numero que llevaba dadas ya no me quemaría, no, como siempre me gusta probarlo todo, y en la numero once más o menos, ya me noté algo roja, pero a las pocas más, estaba achicharrada, como si me hubieran puesto una plancha en el pecho, pero con las cremitas que me dieron me aliviaba y se me curó perfectamente, hoy en día no tengo marca.
Todo esto como os digo transcurrió en plenas navidades, pero nada impidió que fueran unas navidades inolvidables, ya me tocaba, pues llevaba varios años, que no habían sido buenas, recuerdo que mi hijo Pablo me preguntó, que había sacado de este año pasado, le contesté que mi balance había sido bueno, por la sencilla razón de que estaba terminando el año y después de todo lo que había pasado, estaba perfecta, así que las navidades del 2013, las viviríamos de manera muy especial, no se si me entendió o pensó, mi madre esta loca, pero así es como lo veía, estábamos todos juntos, sanos y lo pasado pasado estaba, había que recuperar, lo que en anteriores años por motivos varios habíamos perdido.
Después de algunos años, reuní a mi familia en casa , mis padres, hermanos, todos mis sobrinos con sus parejas, que alegría poder ver lo que ha crecido mi familia, eramos veintidos personas, y como le digo a mi hermana no veas la que hemos liao!!! jajaja. Echamos un día estupendo, hasta bien entrada la noche. Deseando que llegue el año que viene para volverlo hacer.
Os voy hablar un poco de mis sobrinos, que son como hijos para mí, y hermanos para mis hijos..se han criado todos muy juntítos y hay un vinculo entre ellos precioso, creo que los tres (mis hermanos y yo)debemos estar muy orgullosos de ello, pues la familia es parte fundamental en el puzzle de la vida, y aunque siempre hemos intentado que tuvieran ese vinculo, podría haber sido que no.Y lo hemos conseguido.
Todos son maravillosos y no porque sean mis sobrinos, jejeje, es la pura verdad jóvenes con muchos valores, que hoy en día es difícil, dispuestos ayudar siempre a sus padres, primos, tíos y abuelos, que participan de todo, y lo mejor, saben que es la familia. Los quiero a todos por ser como son y por esas lágrimas que se que han derramado por mí, me emociono al escribir estas lineas, pero ellos cuando las lean sabrán porque lo digo, un día me llamaron por teléfono y uno por uno me dijeron lo que me querían, lo malo que todos lo hicieron llorando, fue muy emotivo, y quiero que no os quepa la menor duda de que todos todos habéis estado a la altura de las circustancias. Ainssssssss mis niños.
Se reúnen todos una vez al mes para comer con sus parejas e hijos, y esta última vino hasta mi sobrina Rocío desde Huelva, faltó Teresa, pero estoy segura que para la próxima quedada no faltará, toda una família, solo con ver con la ilusión que preparan ese día, me doy por satisfecha, seguro que ellos se lo inculcaran a sus hijos, y esta bonita cadena no se romperá.
UN SOBRINO ES EL MEJOR REGALO QUE TE PUEDE DAR UN HERMANO....
Vivimos una vida de constantes batallas, algunas las vencemos, otras no, con todo aquello que se cruza en nuestro camino, cogiendo aliento y sin decaer, siempre vendrán momentos mejores, mientras tanto, habrá que seguir luchando.
Aunque ya había terminado una de mis batallas, quizás la más dura, aún me quedaban algunas más, había sobrevivido a una intervención , las sesiones de quimioterapia , mis cambios físicos y todo lo conlleva una enfermedad así, era consciente que quedaba todavía un camino, ¿largo?, pues si, pero como todo en esta vida depende como lo quieras, o puedas llevar.
El siguiente pasito era la radioterapia, este tratamiento no era tan temido como el anterior, más que nada porque no se detectan cambios físicos, y en realidad es lo que se valora más, eso si, hay que ser consciente, que es un tratamiento duro interiormente, yo no fui consciente hasta que lo viví.
De nuevo a empezar, aunque ya había cogido fuerzas después de la quimioterapia y estuve unos días descansando de hospital y médicos, vuelta a la batalla. Médico nuevo, tratamiento y otra vez a revivir toda la historia. Me hicieron las pruebas pertinentes, y cuando todo estuvo listo, a empezar mis sesiones, un total de 25.
El primer día me citaron a las once de la mañana, que buena hora, pensé, pues normalmente siempre es a la misma hora, pasé a una consulta de enfermería y me explicaron más o menos como se desarrollaba todo, otra vez de novata sin saber como sería esa sala por dentro, ni lo que tenía que hacer, ni que decir, ni siquiera donde ponerme mientras esperaba, pero como siempre durante todo mi proceso, he encontrado personas formidables, que parecen que están tocadas por la mano de Dios, hacen que te sientas muy cómoda y como en casa.
Me entregaron una bata, la cual tenía que conservar durante todo el tratamiento y una tarjeta con las sesiones, el tipo de enfermedad a tratar y con mi foto, como una tarjeta de crédito, pero sin dinero, jajaja, todo muy controlado para que en ningún momento pudiera haber error alguno. La radioterapia hoy en día, como todo, afortunadamente está muy avanzada y los tratamientos están muy personalizados.
Pasé a una pequeña habitación, como el probador de una tienda, con su espejo y todo, allí me desnudaba de cintura para arriba, me colocaba la bata y salía a otra sala a esperar mi turno. El primer día al ser todo nuevo estuve un poco tensa, pero os puedo decir que si no fuera por el frío tan grande que hacía allí, me hubiera echado una siestecita, porque la hora lo requería, a las cuatro de la tarde, todos los días tenía que estar allí , que hora más mala, los 25 días se me hicieron interminables, teniendo en cuenta que cuadró en plena navidad, y los días de fiesta no había, me encajé en Enero.
Decidí que iría en autobús, por la sencilla razón de que es más rápido, y en realidad allí dentro solo estaba diez o quince minutos, era más el tiempo de llegar, desnudarme y vestirme que el tratamiento en si.Hubiera tardado más en coche. Aún recuerdo el trabajo que me costaba a las tres de la tarde salir para allá, uff... como una niña pequeña cuando no quiere ir al colegio, más que nada por la hora, interminable....
En el tiempo que duró la radioterapia, como es normal conocí algunas personas, puesto que siempre eramos los mismos, personas que venían de pueblos, como Benalup, El Bosque.... y yo quejándome porque salía a las tres de mi casa, cuando había personas mayores que venían en ambulancia y tenían que salir a las doce de la mañana de sus casas y no regresaban hasta las tantas...pero como siempre os digo, esto no se elige, toca y toca.
El temor más grande a la radioterapia, es quemarte, yo en un principio iba muy bien, incluso me llegaron a decir que con el numero que llevaba dadas ya no me quemaría, no, como siempre me gusta probarlo todo, y en la numero once más o menos, ya me noté algo roja, pero a las pocas más, estaba achicharrada, como si me hubieran puesto una plancha en el pecho, pero con las cremitas que me dieron me aliviaba y se me curó perfectamente, hoy en día no tengo marca.
Todo esto como os digo transcurrió en plenas navidades, pero nada impidió que fueran unas navidades inolvidables, ya me tocaba, pues llevaba varios años, que no habían sido buenas, recuerdo que mi hijo Pablo me preguntó, que había sacado de este año pasado, le contesté que mi balance había sido bueno, por la sencilla razón de que estaba terminando el año y después de todo lo que había pasado, estaba perfecta, así que las navidades del 2013, las viviríamos de manera muy especial, no se si me entendió o pensó, mi madre esta loca, pero así es como lo veía, estábamos todos juntos, sanos y lo pasado pasado estaba, había que recuperar, lo que en anteriores años por motivos varios habíamos perdido.
Después de algunos años, reuní a mi familia en casa , mis padres, hermanos, todos mis sobrinos con sus parejas, que alegría poder ver lo que ha crecido mi familia, eramos veintidos personas, y como le digo a mi hermana no veas la que hemos liao!!! jajaja. Echamos un día estupendo, hasta bien entrada la noche. Deseando que llegue el año que viene para volverlo hacer.
Os voy hablar un poco de mis sobrinos, que son como hijos para mí, y hermanos para mis hijos..se han criado todos muy juntítos y hay un vinculo entre ellos precioso, creo que los tres (mis hermanos y yo)debemos estar muy orgullosos de ello, pues la familia es parte fundamental en el puzzle de la vida, y aunque siempre hemos intentado que tuvieran ese vinculo, podría haber sido que no.Y lo hemos conseguido.
Todos son maravillosos y no porque sean mis sobrinos, jejeje, es la pura verdad jóvenes con muchos valores, que hoy en día es difícil, dispuestos ayudar siempre a sus padres, primos, tíos y abuelos, que participan de todo, y lo mejor, saben que es la familia. Los quiero a todos por ser como son y por esas lágrimas que se que han derramado por mí, me emociono al escribir estas lineas, pero ellos cuando las lean sabrán porque lo digo, un día me llamaron por teléfono y uno por uno me dijeron lo que me querían, lo malo que todos lo hicieron llorando, fue muy emotivo, y quiero que no os quepa la menor duda de que todos todos habéis estado a la altura de las circustancias. Ainssssssss mis niños.
Se reúnen todos una vez al mes para comer con sus parejas e hijos, y esta última vino hasta mi sobrina Rocío desde Huelva, faltó Teresa, pero estoy segura que para la próxima quedada no faltará, toda una família, solo con ver con la ilusión que preparan ese día, me doy por satisfecha, seguro que ellos se lo inculcaran a sus hijos, y esta bonita cadena no se romperá.
UN SOBRINO ES EL MEJOR REGALO QUE TE PUEDE DAR UN HERMANO....